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Mostrando entradas de 2015

Miedo

Hay quien vive con miedo a vivir, y hay quien vive con miedo a lo que viven los demás. Ese miedo tiene muchas caras, y se manifiesta en formas como la envidia, la incertidumbre e incluso, la ira. El miedo es muy relativo, y su contraparte está en la sensación de seguridad. Ojo, no en la seguridad en sí misma, sino en la sensación aparente de que todo marcha bien. Ahora mismo, por ejemplo, estoy haciendo algo tan kafkiano como abrir mi cuenta bancaria, a la vez que pienso sobre la vida y el rebaño sempiterno en el que vivimos. Si fuera consciente de que ese euro, ese número suspendido sobre la pantalla, es sólo una ficción bancaria para que me mantenga tranquilo, y que,con un par de clicks de cualquier hacker del mundo podría dejarme en la más profunda de las ruinas, me pondría nervioso. Si, además de mí, hubiera una masa de personas que supiese que esto mismo les puede ocurrir, y que están indefensos por la incompetencia de los gobiernos que han elegido, también se pondría

Victoria precoz, derrota asegurada

En un día histórico y en un momento álgido para la cohesión de nuestra Historia nacional, en el que las tintas de las rotativas cargan furiosas contra los movimientos aparentes y reales de la vida política que ahora gira en torno al referéndum, adelantando una incipiente victoria de la hueste nacionalista catalana, parece el momento adecuado para la reflexión tranquila y profunda sobre los movimientos y posibilidades de uno y otro bando político en el tablero. Más allá de la evidente torpeza y derrota mediática del Partido Popular, así como de su cabeza visible, Mariano Rajoy, del que todos se esmeran en desacreditar, pocos parecen conscientes de que, quizá, todo se deba a una espera felina, como táctica y principio, para dar un golpe maestro, por la vía legal y constitucional, a la orquesta independentista, que ya mucho antes del resultado, anticipa un pasacalles con las trompetas de la victoria, en un nuevo orden independiente que aunque factible, es cuanto menos anacrónico y fala

Periodista

Ser periodista es describir el mundo que percibes pintándolo con palabras. Es arar las palabras, cultivar la mente en busca del concepto más certero, de la sensación que más se acerque a la verdad. Pero el periodista tiene dos enemigos que a menudo, obvia o subestima, de forma consciente e inconsciente, como murallas a su objetivo final: describir la verdad de la forma más certera posible. Dos barreras, son su propia percepción influida y subjetiva de los hechos, por su experiencia y entorno vivido, y de otro, más en base a los primeros es el de los intereses, tanto personales como de terceros, que nublan la precisión de los hechos.  Por último como gran barrera tenemos la propia capacidad de retención y atención, los sentidos puestos en el momento noticiable y la importancia que se les atribuya a los mismos, influido tanto por la escala de valores personales como por la del editor y otros factores de peso como el económico.  Todo esto, junto al marketing de la palabra, hacen que

La justa medida

Quiero dar las gracias a todos aquellos que han sabido ver todo lo bueno que hay en mí, a pesar de mis errores, conscientes e inconscientes, a pesar de las heridas, a pesar de las trazas que marqué, Quiero agradecer a todos los que, más allá de la apariencia, supieron ver el fondo, la finalidad y el sentido. El deseo de querer hacerlo bien. A pesar de que queda mucho, de que está todo por hacer, pese a ser un aprendiz, pese a trazar sombras de gigante, pese a todo. Los que saben ver, pueden encontrar lo que hay detrás y entonces, pese a todo, valorar los actos, las circunstancias en su justa medida.