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Mostrando entradas de octubre, 2010

Manifiesto de metavida

¿Por qué a menudo hacemos cosas que no nos gustan, por arrastre o por satisfacer a otras personas? ¿Por qué callamos lo que pensamos? ¿Por qué reprimimos con tanta fuerza aquello que se contrapone a nuestra forma de pensar? ¿POR QUÉ no hacer aquello que realmente valoramos? La sociedad nos va poniendo capas sobre nuestro propio ser, intenta sistematizarnos, hacernos obreros del sistema para hacer aquello que supuestamente es mejor para nosotros. El modelo ideal social, antítesis del modelo humanitario, en este contexto capitalista es (en mi caso) el hombre casado, con trabajo e hijos, que visita periódicamente a su familia, paga sus impuestos, (se admite subrepticiamente visitar a otras mujeres...u hombres), vé fútbol los fines de semana, trabaja en algo que o no le gusta o simplemente le da igual y va cubriendo como puede sus facturas a fin de mes. Yo no quiero ser el perfecto obrero del sistema, no quiero ser el perfecto modelo social de hombre, o el hombre perfecto para una mujer....

Primeros días e impresiones de un estudiante erasmus en Coimbra

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En primer lugar pedir disculpas por llevar tanto tiempo sin actualizar, pero con la llegada a esta nueva ciudad, el papeleo y la adaptación a su ritmo de vida me ha ocupado casi todo el tiempo. A partir de ahora procuraré postear semanalmente al menos una vez, a modo informativo y como buen recuerdo, de todos los días que me aguardan aquí. Para empezar pondré aquello que escribí los dos primeros días al llegar, cuando tenía algún rato muerto en el que descansar... 24 sep Mi primer día en Portugal ha sido lógicamente el de camino hasta Coimbra. He sido un viaje curioso. Durante 800 km, lo único que he visto ha sido una carretera nacional rodeada de árboles, arbustos y piedras, lo que nos dió la idea errónea de que Portugal parecía un país a medio construir. El camino ha sido como conducir por un bosque interminable salpicado únicamente por tres o cuatro pueblecitos semiabandonados, de casas blancas y chimeneas desproporcionadamente grandes. Los pocos viejecitos parecían asombrados de ve...