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Mostrando entradas de enero, 2012

Léeme los labios

Sinergías Mou-Guardiola

Dos modelos eficaces de gestionar la energía de un grupo a través de su personalidad Mientras Mou es más de arreones físicos de energía, durante bloques prolongados de tiempo, con sus inevitables y lógicos bajones, el Barcelona de Pep es una máquina de gestión de energía limpia y eficiente como la mejor de las renovables. Aguarda como una cobra paciente, movièndose lentamente, hipnotizando con sus movimientos y guardando energías para asestar, una vez en campo contrario, el golpe mortal. Bien cierto es que ayer, tras el enorme despliegue físico del Real Madrid y su defensa, casi impecable, salvo fallos particulares de los jugadores más dubitativos como Coentrao, el equipo blanco estuvo prominente e imperial, con el mando del juego y solo lastrado por una tendencia psicológica a la injusticia y el victimismo con que el árbitro, zarandeado públicamente por Mou, responde con gusto y descaro en su particular vendetta. No obstante la épica, esa constante muesca de las noches mágicas de Cop

Luz

Víctima imprudente de mil noches testigo ciego del desamor, preso de la ignorancia, incansable compañero del error. Amante veleidoso, caliente y duradero como el Sol. Aprendí a gatear cuando pude haber corrido, comencé a correr y me sentí volar. Qué es la vida, me pregunto, un renacer, una caída, volverse a levantar. No puedo prometer nada y a la vez jurarlo todo, en fin, que es todo sino esto, un instante, una sonrisa, un beso...yo.

Petro

- Petro : Llevaba siete días y siete noches vagando por las calles, sucio, famélico recorriendo las esquinas en busca del más mínimo resquicio que diera algo de calor y me ofreciera lo más parecido a un poco de alimento. Muchas caras extrañas alrededor de mí, algo habia cambiado desde hace unos días. Yo vivía en una casa cómoda, era uno más de la familia pero por alguna extraña razón, un dia mi dueño me sacó a la calle, y cerró la puerta tras de sí. Yo esperé durante muchas horas,incluso dias pero él jamás regresó. Tras estos días de profundo miedo y dolor, en los que solo unas pocas personas se apiadaron realmente de mi, apareciste tu. Era de noche, había mucha gente y un ruido ensordecedor invadía las calles. Aunque al principio huí por miedo, tu no cejaste en tu empeño y me cogiste en tus brazos. Apenas ofreci resistencia, tampoco tenía fuerzas para huir. En fin, no podía estar peor, todo me daba ya igual. Por primera vez en mucho tiempo volvi a sentir un atisbo de tranquilidad y s