Marathon

Y al final te das cuenta,

de que al final el problema no es no tener clara tu meta

sino el miedo de pensar

que corrías detrás de una meta equivocada.

Pero sólo hay una forma de saberlo:

Corriendo hacia ella. Hasta el final.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Octavo pecado capital

Genocidio silencioso

Casi 200