Traje y seguridad
Llevar traje da una sensación de seguridad que infla el orgullo de quien lo viste y a menudo le hace sentir en una categoría más elevada que el resto. Un traje es una coraza y como toda coraza tiene sus ventajas e inconvenientes. Por un lado, a los ojos de la inmensa mayoría el traje te hace merecedor de ese respeto que te otorga el simple hecho de llevarlo; pero para el ojo experto, un orgullo henchido por el traje es un talón de aquiles muy fácil de derribar. Un traje, con el tiempo, se adhiere a la piel de quien lo lleva, forma parte de su identidad, su marca personal. El hombre hace suyo al traje y el traje hace suyo al hombre. Como buenos compañeros, se dan uso el uno al otro, tratándose con respeto y cuidando la imagen mutua. Por eso, un traje puede ser un arma y también una debilidad.