Crónica de una resurrección inesperada
Pese a las muchas voces fatalistas que declaraban que el Periodismo, en su expresión más esencial, la de prensa, tenía las constantes vitales casi inexistentes, podemos asistir en este siglo XXI a una escena en la que el moribundo comienza a dar señales de vida intensas. Gracias al elixir de internet, la autopista de la información que los poderosos no han logrado parar; entidades, asociaciones o simplemente grupos de personas que ven en la sociedad algo por lo que luchar se erigen en héroes de la verdad, pagando incluso con su vida y su integridad física. Tal es el caso del soldado Bradley Manning. Probablemente también lo sea el del intrépìdo Julian Assange.
En estos últimos días, por si fuera poco, se ha levantado la alfombra de la prensa más sucia y hemos encontrado un agujero lleno de ratas, chantaje y corrupción. Policías, políticos, periodistas al más puro estilo periodismo de investigación clásico se aunan en el caso del News of the World y el omnipotente magnate R. Murdoch. Hay personas que creen que son intocables por su poder, pero como vemos ni hasta el más rico en un momento dado puede librarse de caer al vacío, donde antes creía ver suelo firme.
Más allá del caso en sí, podemos extraer en este último caso dos claras conclusiones: en primer lugar, algo que ya sabíamos, que queda confirmado. Los grandes medios están controlados por gente que más allá de informar, lo que buscan es manipular a la opinión pública, conseguir información confidencial a cualquier precio y de ahí exprimir su enorme poder. Es una pena que tantos periodistas vayan a pagar con su puesto de trabajo la ciénaga en que se ha metido el señor Murdoch.
Por otro lado, y probablemente la conclusión más importante es que el Periodismo no está muerto. Y ahora menos que nunca, una de sus ramas más importantes, la de investigación resurge con enorme fuerza. Esto lo vemos en el hecho de como Murdoch tenía comiendo de la mano a nada menos que el premier del Gobierno británico, y por si fuera poco, atado al jefe de Scotland Yard, ahora ya fuera del cargo.
Además de esta innegable influencia del control periodístico en las altas esferas del poder, ha sido el propio Periodismo el que ha purgado su cáncer, pues fue gracias a la investigación de The Guardian, por la que se ha destapado el nido de las escuchas secretas al primer ministro.
Como podemos ver el Periodismo abre nuevas puertas en el siglo XXI, y aunque todavía queda mucho por luchar, mejorar y crecer en la red y puertas afuera, podemos ver que el mejor Periodismo, ese que muchos daban por muerto, está más vivo que nunca.
En estos últimos días, por si fuera poco, se ha levantado la alfombra de la prensa más sucia y hemos encontrado un agujero lleno de ratas, chantaje y corrupción. Policías, políticos, periodistas al más puro estilo periodismo de investigación clásico se aunan en el caso del News of the World y el omnipotente magnate R. Murdoch. Hay personas que creen que son intocables por su poder, pero como vemos ni hasta el más rico en un momento dado puede librarse de caer al vacío, donde antes creía ver suelo firme.
Más allá del caso en sí, podemos extraer en este último caso dos claras conclusiones: en primer lugar, algo que ya sabíamos, que queda confirmado. Los grandes medios están controlados por gente que más allá de informar, lo que buscan es manipular a la opinión pública, conseguir información confidencial a cualquier precio y de ahí exprimir su enorme poder. Es una pena que tantos periodistas vayan a pagar con su puesto de trabajo la ciénaga en que se ha metido el señor Murdoch.
Por otro lado, y probablemente la conclusión más importante es que el Periodismo no está muerto. Y ahora menos que nunca, una de sus ramas más importantes, la de investigación resurge con enorme fuerza. Esto lo vemos en el hecho de como Murdoch tenía comiendo de la mano a nada menos que el premier del Gobierno británico, y por si fuera poco, atado al jefe de Scotland Yard, ahora ya fuera del cargo.
Además de esta innegable influencia del control periodístico en las altas esferas del poder, ha sido el propio Periodismo el que ha purgado su cáncer, pues fue gracias a la investigación de The Guardian, por la que se ha destapado el nido de las escuchas secretas al primer ministro.
Como podemos ver el Periodismo abre nuevas puertas en el siglo XXI, y aunque todavía queda mucho por luchar, mejorar y crecer en la red y puertas afuera, podemos ver que el mejor Periodismo, ese que muchos daban por muerto, está más vivo que nunca.
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