El vuelo de la golondrina
Estoy sentado en la terraza y observo, mientras la suave brisa mece mi pelo, el majestuoso vuelo de la golondrina. Me gustaría ser como una de ellas, volar eternamente en el firmamento junto a mis aves compañeras. Sentir en mi pecho acochaldo de plumas el frescor del aire rozando todo mi cuerpo mientras el sol baña mis alas con sus rayos de calor incombustible. Si realmente existe la libertad, sólo seres tan fantásticos como las golondrinas han podido sentirlo en toda su esencia. De ellas es el cielo y no hay ley, patria ni bandera que pueda arrebatárselo. Si hay un símbolo de la libertad, ese debe ser de la golondrina. Como una golondrina percibo la suavidad del viento acariciando mi cara, por todo el cuerpo hasta que cesa la corriente. Anoche tuve un sueño y en el quería ser golondrina. ¿Es la ignorancia una cárcel o es la libertad? No lo sé porque solo sé que sé demasiado. Más de lo que debería saber. Contaba un viejo chamán del Amazonas que los hombres están hechos de carne y las g...